agria en inicio tornas salada.
Tú que me has arropado en las noches más largas
me has visto escalar hasta el abismo vacío
me has llevado al lugar de los besos que no se dan
me has llenado de Mediterráneo en días sin sol.
Gracias por los regalos inesperados
que me dejan dejar de inventarte.
No encuentro mejor piropo que contemplarte
con el silencio del alma que has alimentado.
Adiós no diré pues ya estás dentro,
partes de uno mismo no se eliminan
Ramón Ibarra
Lorca, 6 de julio de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario